Creo que la mayoría de la gente no percibe cuando las oportunidades, las buenas, pasan por delante de uno. Las oportunidades deberían ser como los trenes, de colores. De esta forma no habría tantas sorpresas, tantas decepciones, ni tantos lamentos que se hacen inútiles en el tiempo. De todas formas, aunque las oportunidades no sean de colores, algo vibra cuando aparecen, como los trenes.
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