Vivir no es igual para todo el mundo. Algunos viven otros malviven otros viven bien o reviven o sobreviven pero hay quienes no viven estando vivos. Para esas personas que están vivas encarceladas en un matrimonio infernal hay un palabro que denomina la puesta en libertad y el comienzo de la vida.Jabatear es descubrir la vida tras un matrimonio infeliz en el que los límites los marcan las paredes del falso hogar. Un requisito indispensable para jabatear es desear vivir con todas las fuerzas obviando el tiempo pasado. Vivir tras la no vida. No hay edad para comenzar a jabatear. Mi vecina ha comenzado a jabatear con 6 décadas tras enviudar de su verdugo. Hay que ser una jabata para atreverse a vivir.
Mi vecino se llama Jacinto, es fuerte y más bruto que un arado, muy buen tío eso sí. Lo que no sé es porque le pusieron de nombre una de las pocas flores reservadas para denominar a un hombre, supongo que de pequeño era hermoso y frágil como la flor...
Ciudad del sur de España, cuyos sellos de identidad casi siempre tienen relación entre sí, y además riman; Puente Jontoya, patatas Oya, escuela de don Manuel Moya, y así un largo etcétera.
Este anglicismo resume las molestias que el cambio de hora, debido a un viaje en avión, produce a los viajeros. Una de las últimas veces que fui a Nueva York tuve un jet lag terrible, y bromeé con una americana diciéndole que lo mío no era un jet lag, que era más bien un “jumbo lag”. No entendió la ironía, claro, o sabía poco de aeronaves.
Hay gente en los que uno sigue pensando mucho, aunque los vea poco y cada vez menos. Igual dentro de muchos años nos encontramos y no nos reconocemos, pero sin saber quienes somos nos volveríamos a hacer amigos. Ese es Josón para mí. Un abrazo, chaval!
Cuando llegue el día que deje de trabajar, si es que llega, diré a mis amigos que me retiro, no que me jubilo, que no es lo mismo. Como la marea, que todos los días se retira y nunca se jubila del todo.
Todos somos jugadores en un sentido u otro. Nos diferencia lo que apostamos, la cantidad y la luz que ilumina las apuestas. Y el miedo a perder, que no se nos olvide, aunque eso, normalmente, nos hace iguales.
La sociedad no se cansa de fabricar juguetes para romperlos a cada rato. Aunque en muchas de las ocasiones son los propios juguetes los que se autodestruyen apretando el botón de color rojo nariz de payaso.
La sociedad no se cansa de fabricar juguetes para romperlos a cada rato. Aunque en muchas de las ocasiones son los propios juguetes los que se autodestruyen apretando el botón de color rojo nariz de payaso.